miércoles, 23 de marzo de 2016

Triplete

¿¿¿Quien dijo que las cosas no podían ir peor???
Siempre es mejor callarse, porque todo puede empeorar… por desgracia.
Llevo semanas peleando con un ordenador ya antiguo, muy utilizado y obsoleto… He gastado un dinero que no pensaba destinar a esto renovando elementos internos, pagando a un técnico para formatear y reinstalar lo más imprescindible.
Y todavía queda algo por renovar, en espera de poder disponer del dinero necesario: el dichoso disco duro fantasma, que desaparece sin avisar cuando le viene en gana. Qué mal funcionamiento tan caprichoso el de este disco duro mío, que funciona perfectamente pero solo durante determinadas horas… como si mirase por mi salud evitando que pase demasiadas horas conectada.
¡No te jode!
Y claro, ¿para que limitarnos a ese fallo? Ahora sale otro nuevo.
Uso un kit de teclado y ratón inalámbricos con un mismo punto de conexión USB. A pesar de estar conectados ambos dispositivos desde el mismo concentrador USB, mi teclado deja de funcionar, pero el ratón sigue activo y en perfecto uso.
¿A ver cómo se explica eso?
Ni siquiera el técnico lo entiende. No es falta de pilas, no hay nada nuevo que lo cause. De repente estoy tecleando y de repente las teclas ya no marcan. Y en esos momentos, el único teclado que funciona es un teclado virtual en pantalla que presiono con el puntero del ratón.
¿Has probado alguna vez a escribir así?
No lo intentes, te aseguro que es súper incomodo, súper lento y súper crispante.
A veces mi teclado regresa al reiniciar el ordenador, a veces no regresa y toca darle tiempo para “descansar”.
¡Que ordenador el mío tan necesitado de descansos!
Pero para que no me aburra durante esas horas en las que me veo obligada a apagar el ordenador… ahora mi móvil ha decidido rebelarse también.
No suelo usar el móvil, apenas algunas llamadas de voz, apenas un solitario de cartas para momentos de espera o “distracción de retrete”…
Lo que realmente utilizo es el WhatsApp. Y el dichoso WhatsApp necesita actualizaciones obligatorias cada poco tiempo. La ultima de esas actualizaciones ha decidido que mi teléfono NO tiene suficiente memoria interna para instalarla, dejando inutilizable el servicio durante todo el santo día, mientras busco la manera de “limpiar” mi memoria. Sin embargo, según indica mi teléfono tengo disponible espacio libre que debería ser bastante para el “peso” de esta actualización. No lo entiendo.
Me vi forzada a borrar TODOS los datos de casi todos los programas instalados, ya no tengo fotos, ni videos, ni música… y todavía falta espacio. He desactivado casi todos los programas que me ha permitido, porque muchos, aunque jamás los haya usado, no solo no puedo desinstalarlos sino que se actualizan cuando y cuánto quieren usando memoria que NO tengo. 
O mejor dicho, memoria que SUPUESTAMENTE NO TENGO.
Y por fin, tras todo el día de batalla, conseguí instalar el WhatsApp, increíblemente sin perder mis contactos o grupos (aunque no logro ver ni una sola foto).
Ahora todos esos servicios desactivados están regresando por su propia cuenta, sin permiso, sin necesitarlos… uno a uno se van actualizando por si solos sin darme a elegir.
¡Como odio verme obligada a cualquier cosa! 
¡Como odio tener que verme forzada a mantener programas en mi teléfono (o mi ordenador) que ni uso ni necesito!
En España se suele decir que no hay dos sin tres… y aquí viene la tercera.
Desde que mi ordenador falla, estoy usando mucho más la Tablet, generalmente para leer, porque desde ahí no suelo conectarme a Facebook, ni a Internet. Y como a mi Tablet parece haberle dado envidia el trato de “favor” que le doy a mis otros dos aparatos ha decidido pedir mis cuidados también… quedándose bloqueada en su pantalla de inicio sin responder en ningún sentido.
No puedo apagarla, no puedo encenderla, no puedo ver menús ni por supuesto leer mis libros. Inocentemente pensé que podría haberse quedado sin batería de repente, pero tras tenerla enchufada toda la tarde sigue sin responder, sigue la misma pantalla en negro… eso sí, con un corazoncito en el centro.
¡Que amorosa mi Tablet mientras me ignora y me cabrea!
No podría ser un momento más inoportuno para tanto fallo… víspera de Semana santa. Y hoy ya es demasiado tarde para ponerme con ella. Ya es demasiado tarde para averiguar la manera de intentar encenderla. La única suerte es que está en garantía, todavía no ha cumplido los dos años. Pero el servicio técnico oficial no va a poder hacer nada en tantos días festivos como vienen justo ahora.

¡Joder, que alguien me dé un martillo! 
¡O tres!

3 comentarios:

  1. Ánimo Puma no te estreses ni te preocupes como decimos acá(Puebla México) por algo pasan las cosas,tomalo con calma descansa estos días que mañana brillará el sol,cuidate♥♥

    ResponderEliminar
  2. Ánimo Puma no te estreses ni te preocupes como decimos acá(Puebla México) por algo pasan las cosas,tomalo con calma descansa estos días que mañana brillará el sol,cuidate♥♥

    ResponderEliminar
  3. Pff!!Muchos ánimos!!! Es el destino que te envía a descansar de tanta tecnología!

    ResponderEliminar

No se permite lenguaje ofensivo.
No se permitirán enlaces o direcciones de correo electronico.