martes, 30 de mayo de 2017

¡Que mala hija soy!

Como soy muy mala hija, "abandoné" a mi madre durante una semana... Abandonada al cuidado de su hermana, pasando unos días familiares y felices con ella, mientras yo me relajaba y disfrutaba de un descanso merecido. ¡Que mala hija soy!

Como soy tan mala hija, los días siguientes mi madre me hizo notar su malestar por ese "abandono" a su manera... caras largas, silencios, mala actitud... y reproches. ¡Que mala hija soy!

Como soy tan mala hija, metí a mi madre en el coche y la llevé a visitar a su hermana en Gijón, a la que llevaba varios años sin ver. Intentaba que se sintiera mejor, que pudiera abrazar a su hermana y así compensar mi anterior "abandono" de hogar y deberes. ¡Que mala hija soy!

Soy tan mala hija que la hice pasar varias horas en el coche, parando cada pocos kilómetros para no cansarla demasiado. Soy tan mala hija que he pasado cinco días con mi madre en casa de su hermana, en su querida Asturias, visitando su Cangas de Narcea natal, concediéndole cada capricho que le apeteció, comprándole recuerdos y sus comidas favoritas. ¡Que mala hija soy!

Para remate, al regreso de este mini-viaje, le salió una costra en el final de la espalda. Y como mala hija que soy, la llevé al medico. Ha resultado ser una escara, debido a la postura y la inactividad física de estar muchas horas sentada... aunque según mi madre es por culpa de esas pocas horas de viaje en coche. Según el medico, las escaras no se forman en unas horas, sino por muchos días de permanecer en la misma postura. Esta escara debía estar formándose bajo la piel desde hace un tiempo y puede que el viaje fuese la gota que colmó el vaso rompiendo la piel y asomando, haciendo surgir esa costra que debajo oculta un hueco terrible de carne muerta que poco a poco la enfermera tiene que limpiar y curar a diario en el Centro de Salud.

Como soy muy mala hija, llevo meses intentando que mi madre se levante cada cierto tiempo del sofá para hacer pequeñas tareas... coger un vaso de agua, ir al baño, salir de paseo con la perrita, cambiar de postura para relajar la espalda y las piernas... pero como soy una mala hija, mi madre no ha querido hacerme caso. Y ahora mi pobre madre paga las consecuencias de que yo haya sido tan mala hija. ¡Que mala hija soy!

Por supuesto, como soy mala hija me debería haber dado cuenta antes... incluso antes de que saliera esta costra. Y ahora yo soy la única culpable de que mi madre esté teniendo que ir a diario a someterse a curas en la enfermería, sufrir el dolor de la lesión y la molestia de tener que cambiar de postura obligatoriamente cada hora... esta vez por orden medica. ¡Que mala hija soy!

Soy tan mala hija que deberían castigarme... y de hecho, mi madre me castiga con sus malas actitudes, su rebeldía ante mis cuidados, su negación a tolerar que la ayude, su desconfianza ante cualquier cosa que yo le diga... ¡Que mala hija soy!

Vale, ya sé que todo esto forma parte de su creciente demencia senil, de su frustración ante su enfermedad incapacitante y de su rabia por su inmovilidad e inactividad... pero no por ello deja de ser una putada saber que esto es lo que me espera durante el resto de su vida: peleas, reproches y malas actitudes.

Si fuera una buena hija no me molestaría todo esto, no me quejaría, aceptaría mi carga sin rechistar... pero como podéis ver... soy la peor de las hijas. ¡Que mala hija soy!

6 comentarios:

  1. Las enfermedades mentales son muy duras sobre todo para el cuidador,un gran abrazo,nunca harás lo suficiente para ella,así que haz lo que consideres��

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  2. No creo que seas una mala hija... La cuidas tu y no la dejas tirada en un hogar de ancianos...a mi mamá yo la reto por mas que se enoje, a veces es como tratar con una niña cuando se le mete algo en la cabeza... Pero bueno no estoy sola y cuando me rallo yo me desligó y llamo a mis hermanos que se hagan cargo ( no se si podes hacer lo mismo).
    Besos puma

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    Respuestas
    1. En realidad lo de "mala hija" lo digo como ironia o sarcasmo... porque eso es lo que mi madre me acusa de ser cuando está en sus peores momentos.

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  3. Tiene mucho valor lo que haces por tu madre. Cuidar a un enfermo requiere mucha energía, y si ese enfermo además está ligado a uno sentimentalmente, además hace doler el corazón.
    Fuerza, Puma...y nada de mala hija, que no la tienes abandonada a la buena de Dios, como aquellos que han olvidado lo que una madre significa.
    Besos!!!

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  4. Animo y paciencia Puma y como ha dicho Kyo San "nunca harás lo suficiente para ella,así que haz lo que consideres" y recuerda siempre q es la enfermedad la que te llama mala hija y no tu madre.
    Un abrazo

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  5. Todo mi apoyo y admiración por ser una mala hija...

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