miércoles, 6 de julio de 2016

La Noche y el Día... Mi hermano y yo.


Por suerte… solo tengo un hermano. Hemos pasado juntos toda la vida y hemos pasado toda esa vida en conflicto… y lo que queda.

Mi hermano y yo somos tan diferentes que no llego a comprender como hemos salido de los mismos genes. Ambos nos parecemos físicamente a mi padre, al menos en los rasgos faciales. Si no fuera así, pensaría que nos dieron el ‘cambiazo’ el día en que nacimos. Porque, exceptuando el rostro, también somos físicamente muy diferentes. Mi hermano es alto y delgado, excepto el peso extra de su tripa cervecera. Yo soy bajita y gorda, mi sobrepeso, en mi caso tripa ‘jamonera’, se extiende al cuerpo entero. Él disfruta de buena salud, apenas ha necesitado ir al médico en toda su vida; mientras tanto yo voy de especialista en especialista, de dolencia en dolencia, de enfermedad en enfermedad.
Creo que en el reparto de genes,  como yo llegué primero me quedé con toda la inteligencia y el buen carácter y solo le dejé a mi hermano lograr el ‘kit’ de salud y del físico
Y creo que mi hermano detesta saber esto y me lo hace ‘pagar’ a su manera… ;)

Mi hermano nació en primavera, yo en otoño, quizás por eso él adora el verano y yo el invierno, yo detesto el calor y él es friolero. Cuando vamos en coche juntos, es un suplicio. Si es invierno mi hermano pone la calefacción a tope... y yo me aso de calor. Si es verano, nunca pone el aire acondicionado... y yo me aso de calor. 
Nos mudamos al nuevo piso el verano pasado, en pleno calor nos tocó mover muebles y enseres, sudando por el esfuerzo y por el clima. Llegado el otoño, mi hermano dejó de colaborar y las cosas quedaron sin hacer, a medio terminar, todo el invierno y la primavera siguientes fueron época de pausa, de discutir  con él incluso para hacer lo mas imprescindible… llega de nuevo el verano, la época de más calor, y mi hermano se reactiva. Ahora, un año después, me tiene colocando estanterías, terminando de montar y colocar lo que no se hizo en todo este tiempo, trabajando y sudando…. y yo me aso de calor.
Creo que mi hermano pretende matarme de un golpe de calor, pero quiere que parezca un accidente... ;) 

Mi hermano es introvertido, tanto como yo soy extrovertida. Él se calla, habla en tono bajo, usa frases cortas y concretas... yo no paro de hablar, en tono alto y perdiéndome en la descripción detallada de cada cosa que sale de mi boca, incluso repitiéndome. Yo resuelvo los posibles conflictos hablando las cosas y aclarándolo todo, mi hermano prefiere ignorar el debate y alejarse sin resolverlo... volviéndome loca con su silencio. A mí me gusta comentar lo que veo en las noticias de la tele, en Facebook, en Internet, en mi vida diaria… A mi hermano no le gusta la charla, a no ser que sea él quien hable sin que nadie le interrumpa.
Creo que, en ocasiones, a mi hermano le gustaría amordazarme, para evitar tener que escuchar lo que no desea oír.... ;)


Mi hermano es agresivo donde yo soy pacifica. Tampoco es que acabemos a golpes (no desde que somos adultos, al menos) pero a veces bordeamos la pelea hasta ese punto. Reconozco que yo puedo ser más hiriente con palabras de lo que él pudiera herir con su fuerza física... porque las palabras son mis armas y son poderosas. Tampoco es que me maltrate (no se atrevería) pero lo arregla todo con portazos y golpes, mientras mi retorcida mente le destroza con solo unas afiladas palabras bien utilizadas. 
Creo que a mi hermano le gustaría azotarme, pero es demasiado consciente de que si lo intenta acabaría en la puta calle, perdiendo todas las cosas que yo hago por él y tanto necesita, aunque no lo valore... ;)

Mi hermano es tan pasivo como yo soy activa. No me entiendas mal, puedo ser tan pasiva como cualquiera, tomarme mis descansos, mis pausas... pero cuando empiezo a hacer algo, cuando tengo que hacer cualquier cosa... no tengo freno... a no ser que llamemos ‘freno’ a mi hermano... o a mi mala salud. 
Yo tiro del carro, siempre hacia delante. Mi hermano va detrás del carro, y solo ayuda empujando cuando el carro se detiene o le grito desde el frente. Y encima del carro, mi madre, en su trono, a cargo de ambos, pero siempre esperando que sea yo quien mueva el carro. 
Creo que mi hermano también pretende subirse al carro para que sea yo la única que tire de ambos… pero como le conozco bien, le vigilo demasiado estrechamente y no puede subirse… ;)

Mi hermano parece creer que las cosas se hacen solas, que todo lo que encuentra hecho ha sido por obra y gracia de los duendes que pululan por mi casa... según eso, tengo duendes cocinando, limpiando, ordenando... lástima que yo no creo en los duendes. 
Mi hermano parece pensar que nada puede sucederle… nada que yo no pueda solucionar por él. Incluso cuando tiene problemas que escapan a mi control, es a mí a quien primero llama para pedir ayuda. Si mi hermano tiene un accidente con el coche no llama a la Mutua, no llama a la grúa, no llama al taller… me llama a mí. Y solo puedo decirle que deje de llorar y berrear, que deje de lamentarse y lloriquear… y llame a esos servicios de asistencia que son los que en realidad pueden ayudarle en ese momento.
Creo que mi hermano piensa que soy Dios, hasta que se da cuenta de que es imposible ser dios cuando soy activamente atea. Y entonces... cambia mi definición.
Entonces es cuando creo que mi hermano piensa que soy una verdadera bruja, quizás por contagio de las miles de brujas que tengo en mi colección, y cree que puedo chascar los dedos para darle todo lo que necesite, pero cuando se da cuenta de que eso no es posible, me lo recrimina y se cabrea.
Creo que mi hermano, en esos casos, si pudiera me quemaría en una hoguera al más puro estilo de la Santa Inquisición… ;)

Mi hermano es descuidado, hasta la completa dejadez. por el contrario, yo soy organizada, casi hasta ser obsesiva. En casa, las cosas tienen su sitio… como ha sido toda la vida desde que somos niños. Aun así, mi hermano se complace en dejarlas donde mejor le parece, sabiendo cual es su sitio destinado, pero esperando que, como siempre, vaya yo detrás colocando todo en su debido lugar. Luego, cuando algo hace falta nunca está en su sitio, y mi hermano se cabrea sin recordar que fue él quien lo dejó fuera de su lugar.
Cuando empezamos a realizar cualquiera de esas ‘chapuzas’ caseras, mi hermano inicia la ‘obra’ como un tornado, sin preparar las herramientas y materiales que luego necesita, aunque sabe lo que va a necesitar. Para él es más fácil limitarse después a pedirme que le traiga cada elemento que necesite, uno cada vez, para forzarme a dar mil paseos y búsquedas… agotando mis escasas fuerzas y mi menguante paciencia. Por lógica, lo ideal sería recopilar todo el material necesario, reunirlo en la zona de la tarea a realizar y tenerlo todo a mano organizadamente, que es como yo lo hago cuando soy quien empieza el trabajo.
Ser organizada puede ser una obsesión, pero facilita mucho la labor, cualquier labor que uno realice. Mi hermano parece disfrutar de la dificultad del caos, de no encontrar las cosas y poder cabrearse para detener el trabajo a medio hacer.
Creo que mi hermano pretende desquiciarme hasta la locura para librarse de mi cuando acabe internada en un psiquiátrico... ;)

Y ciertamente, estoy cerca del límite. Mi cordura y mi fortaleza están siempre al límite de mi resistencia. Pero sigo tirando…
Y procuro vivir de noche, mientras mi hermano duerme, cuando mas tranquila estoy.
Porque yo soy nocturna.



1 comentario:

  1. No cabe duda que a pesar de todo lo que has pasado y seguirás pasando con tu hermano,lo quieres,aunque haya momentos en que quisieras usar tu varita mágica y desaparecerlo sabes que no dudarías en usarla nuevamente para traerlo de regreso,a que sí!verdad Puma,saludos y cuidate mucho,saludos desde Puebla México.

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