No se que maldición me ha caído encima, pero no dejan de
sucederme cosas chungas.
Llevo un par de días sintiendo un dolor en la nalga
izquierda del culo, un dolor que recuerdo del pasado y que, si no me equivoco, me
llevará de nuevo a pasar por quirófano. La pasada noche de Halloween, 31 de octubre, estando en el pueblo de mis tías y casi incomunicada porque allí apenas hay cobertura de móvil y cero de wifi… noté este dolor que ya conozco demasiado bien.
Este es un tema algo desagradable y escatológico, así que si eres sensible a estos temas mejor no sigas leyendo... basta con saber que mi salud ha caído en un nuevo problema que me llega repetidamente puntual aproximadamente cada diez años.
La historia es larga y compleja. Ahí va...
Este es un tema algo desagradable y escatológico, así que si eres sensible a estos temas mejor no sigas leyendo... basta con saber que mi salud ha caído en un nuevo problema que me llega repetidamente puntual aproximadamente cada diez años.
La historia es larga y compleja. Ahí va...
Cuando tenía unos 18 años me salió un absceso en la zona
cercana al ano, un foco de infección interno que tuvieron que limpiarme en un quirófano,
bajo anestesia general. Aunque en ese momento quedó bien, mi excelente cicatrización
hizo que se cerrara en falso, la carne se cerró pero dejando una zona infectada
escondida.
Por supuesto, no tardé muchos meses en volver a sentir el
mismo dolor y al acudir al médico detectaron que se me había reproducido aquel
absceso, lo cual me hizo pasar de nuevo por el quirófano. Esta vez fue algo
mejor y velaron para que no volviera a cerrar en falso.
Pero…
Pero…
Unos años despues, cuando tenía 22 años el dolor regresó, esta vez más
fuerte que nunca. Y me fui a urgencias, en taxi, de rodillas en el asiento
porque ya no podía sentarme.
En ese verano tuve que pasar 8 veces por el quirófano. El
absceso se había hecho demasiado profundo, en forma de herradura, llegando
desde la nalga izquierda hasta la nalga derecha. La única solución consistía en cerrar
desde el fondo con puntos reabsorbibles, pero dejando un hilo quirúrgico asomando
para evitar que cerrase. Y quince días después, de nuevo al quirófano, de nuevo
coser unos pocos centímetros y de nuevo dejar el hilo de seguridad para
mantenerlo abierto.
Fueron 8 operaciones, una cada quince días, todas con
anestesia general porque me advirtieron que en esa zona resulta peligroso
intervenir con anestesia epidural, ya que existiría la posibilidad de que
durante la operación hiciera alguna contracción muscular y el cirujano acabara
cortando algún nervio importante que me dejara secuelas graves.
¡¡Fue uno de los peores veranos de mi vida!!
Pero el cirujano
me garantizó que jamás volvería a tener que pasar por esto, que había quedado súper
cerrado.
Y se equivocó.
Al pasar aproximadamente diez años más, cuando tenía 32, volví a sentir el ya conocido dolor.
Me pilló de vacaciones en la playa y con mi madre. Me había tirado
todo el año ahorrando, metiendo monedas en una hucha para financiar esas
vacaciones y poder llevar a mi madre a la playa.
Cuando sentí el dolor, acudí a la farmacia y compré el antibiótico mas potente que conozco y que me recomendó el farmacéutico (el mismo que ya había usado durante mis anteriores experiencias con este absceso).
Pero fue en vano.
El dolor aumentaba cada día más, me costaba andar, no podía sentarme… tuvimos que regresar. Podía haber ido allí mismo a urgencias, pero me pareció mejor volver a Madrid y así mi madre podría estar en su casa y acudir a verme al hospital.
Cuando sentí el dolor, acudí a la farmacia y compré el antibiótico mas potente que conozco y que me recomendó el farmacéutico (el mismo que ya había usado durante mis anteriores experiencias con este absceso).
Pero fue en vano.
El dolor aumentaba cada día más, me costaba andar, no podía sentarme… tuvimos que regresar. Podía haber ido allí mismo a urgencias, pero me pareció mejor volver a Madrid y así mi madre podría estar en su casa y acudir a verme al hospital.
El viaje de regreso fue toda una tortura. Mi coche (un cochecito viejo), no podía hacer todo el viaje de regreso sin repostar a mitad de camino, así
que tuve que elegir una gasolinera donde hubiera personal atendiendo, que no fuera automática o de autoservicio, para
poder echar gasolina sin bajarme del asiento del conductor… porque si me
levantaba, estaba segura de que me dolería tanto que no podría volver a
sentarme.
Y cuando llegué a casa… me limité a bajar el equipaje,
buscar los informes clínicos de mis anteriores operaciones, darme una ducha y
coger un taxi (de nuevo viajando de rodillas en el asiento) para acudir a
urgencias.
Entré en urgencias con la certeza de que ya sabía mi propio
diagnostico: absceso perianal isquiorectal en herradura… y no me equivoqué.
En esta ocasión fueron 7 las intervenciones que se necesitaron para cerrar el conducto del absceso, con la misma técnica de dejar un hilo quirúrgico para evitar que cerrase en falso y siempre bajo anestesia general.
En esta ocasión fueron 7 las intervenciones que se necesitaron para cerrar el conducto del absceso, con la misma técnica de dejar un hilo quirúrgico para evitar que cerrase en falso y siempre bajo anestesia general.
Pero esa no fue la última vez que tuve que enfrentarme a
este absceso cíclico que parece atacarme cada 10 años, aproximadamente… porque
sobre los 44 años volví a notar ese archiconocido dolor.
Por suerte, esta vez en cuanto noté el primero pico de dolor
acudí al especialista. La experiencia previa me hizo precavida y fue bueno que así
lo hiciera, porque lo pillamos pronto y no había profundizado mucho. Por eso
esta vez tan solo hicieron falta 2 operaciones quirúrgicas para terminar con mi
absceso.
Pero… han pasado 10 años de ese último ataque de mi absceso
y parece que es cada 10 años cuando regresa, el muy cabrón. Porque no me cabe la menor duda de que este dolor que me angustia ahora es el mismo dolor y va a requerir la misma solución en quirófano.
Contabilizando, hasta la fecha llevo 19 operaciones quirúrgicas para combatir el mismo absceso perianal isquiorectal… ya veremos cuantas operaciones necesitaré esta vez.
Siempre he bromeado con el hecho de que no soy virgen analmente, porque me "desvirgaron" en un quirofano y con un bisturí. Si alguna vez me han "dado por culo" ha sido estas 19 veces... pero siempre bajo anestesia general. Hoy, que estoy esperando la siguiente sesión de "romperme el culo", no tengo muchas ganas de bromear sobre ello.
Contabilizando, hasta la fecha llevo 19 operaciones quirúrgicas para combatir el mismo absceso perianal isquiorectal… ya veremos cuantas operaciones necesitaré esta vez.
Siempre he bromeado con el hecho de que no soy virgen analmente, porque me "desvirgaron" en un quirofano y con un bisturí. Si alguna vez me han "dado por culo" ha sido estas 19 veces... pero siempre bajo anestesia general. Hoy, que estoy esperando la siguiente sesión de "romperme el culo", no tengo muchas ganas de bromear sobre ello.
Si creyera en maldiciones, mal de ojo o algo así, esta repetición
de malas experiencias sería más comprensible y bastaría con buscar alguna curandera, medium, santera o bruja que me quitase el mal fario con algun contra-hechizo o similar.
Si creyera en la reencarnación y el karma, pensaría que en mi vida anterior debí ser muy mala persona o hacer daño a mucha gente y por eso en esta vida me pasan tantas putadas, pero también podría tener la esperanza de que mi próxima vida será buena para compensar esta, incluso MUY buena (hay mucho que compensar).
Si creyera en la reencarnación y el karma, pensaría que en mi vida anterior debí ser muy mala persona o hacer daño a mucha gente y por eso en esta vida me pasan tantas putadas, pero también podría tener la esperanza de que mi próxima vida será buena para compensar esta, incluso MUY buena (hay mucho que compensar).
Pero no soy supersticiosa, no creo en esas cosas… solo creo
que la vida es una mierda que apenas merece la pena seguir luchando.
Estoy deprimida, desanimada, negativa y pesimista. No es mi naturaleza, se me pasará, pero de momento… es lo que siento.
NOTA: Escribo esto desde el portátil de mi prima, aprovechando mis horas de insomnio. Ella me lo enviará el domingo cuando regresemos a la civilización para poder publicarlo en mi diario y que mi gente pueda leer mis desventuras.
NOTA: Escribo esto desde el portátil de mi prima, aprovechando mis horas de insomnio. Ella me lo enviará el domingo cuando regresemos a la civilización para poder publicarlo en mi diario y que mi gente pueda leer mis desventuras.