martes, 24 de marzo de 2020

Desde mi casa... en cuarentena por CoVid


Solo unas palabras para aseguraros que sigo bien de salud. Aunque la situación es muy angustiosa en estas fechas, debido a la epidemia mundial del CoVid, intento mantener la calma.

Debido a mi enfermedad cardiorespiratoria, se puede decir que estoy en el grupo de riesgo. Es por eso que desde el día 9 de Marzo solo he salido de casa dos veces, una para comprar y otra para ir a mi revisión de coagulación (Sintrom). En ambas salidas, me enfundo guantes, me pongo mascarilla y procuro no acercarme a nadie a menos de metro y medio.
Mi hermano sigue trabajando, es conserje nocturno en un edificio con muchos portales y tiene que encargarse de la seguridad y de sacar cada noche los cubos de la basura, entre otras cosas. Así que es imposible que haga eso desde casa, nada de teletrabajo para él.
Cada mañana, cuando llega a casa, se quita la ropa en el rellano, se lava manos y cara con jabón, es decir, tomando medidas por si algún virus entra en casa… especialmente para no contagiarme.
A mis perros solo les saco de madrugada, que hay cero riesgo de cruzarme con alguien… y siempre con guantes y mascarilla y lavándome con jabón al regresar. Uso toallitas de bebé para mis perros, en sus patas, lomo, colas… por si traen algún “huésped” indeseado.
En fin, vivo a diario sin dejar que el miedo me paralice, tomando muchas medidas de prevención anticontagio y tomándome la temperatura cada día por si me da fiebre, que es el síntoma más frecuente al inicio de la enfermedad.

Mi mayor preocupación es por mi madre, que está internada en una Residencia de Ancianos. 
Los directivos de esa residencia no están llevando bien esta crisis. La directora acaba de ocupar el puesto y nunca había realizado esa labor, se nota su inexperiencia y su prepotencia, demasiado orgullo y brusquedad para tratar con familiares tensos y preocupados.
El día 9 fui a visitar a mi madre, aunque había oído que el día 8 se decretó una norma en la Comunidad de Madrid pidiendo cerrar las residencias. Esperaba que me permitieran visitar a mi madre usando mascarilla y guantes, al menos esa primera vez, para poder explicarle que tardaríamos en volver a verla porque hay una epidemia. Solo quería tranquilizarla. Pero la directora se puso borde y nos impidió la entrada. Eso sí, mi hermano es un tío grandote y con mala hostia… él no se dejó amilanar y entró como un tornado hasta la habitación de mi madre… para encontrársela llorando desesperada porque “nos habíamos olvidado de ella”. Detrás de él llegué yo, con la Directora a mi lado amenazando con llamar a la policía para que nos desalojaran. Y apenas pude hablar un par de minutos con mi madre, asegurándole que volveríamos cuando pudiéramos, que NO nos olvidaríamos de ella NUNCA y que todo saldría bien.
En ese primeros días de la crisis, todavía no se había decretado el aislamiento para toda la población española, solo se pedía que tuviéramos cuidado. De hecho, ese día 9, después del alboroto que se lió en la residencia por nuestra visita, nos aseguraron que podríamos pedir que le pusieran a mi madre su ropa y la sentarían en la silla de ruedas para sacarla a la puerta y que nosotros pudiéramos llevarla a dar un paseo, como hemos hecho tantísimas veces… pero cuando volvimos al día siguiente, ya había cambiado la norma y NO nos permitieron sacarla. Y desde esa fecha, no he vuelto a ver a mi madre.
La Residencia pertenece al grupo Vitalia y parece ser que tienen órdenes de sus jefazos de NO dar información a los familiares. No solo eso, sino que tampoco disponen de suficientes medidas anticontagio para las trabajadoras del centro. Por eso me daba tanta rabia que no me dejaran verla, porque… ¿yo puedo contagiar a mi madre y ellas no? Si yo uso guantes y mascarilla, en teoría no debería haber riesgo y debería poder ver a mi madre. Yo misma he pasado mucho tiempo aislada en una UVI, cuando descubrieron mi obstrucción pulmonar y estuve a las puertas de la muerte (palabras textuales de mi cardiólogo). Y sin embargo, cada día permitían a mi familia entrar a verme, debidamente protegidos, durante 15 minutos… minutos que se hacían cortísimos y que esperaba cada día con ansiedad.
Mi madre, con su deterioro cognitivo, no entiende la situación. Solo sabe que ya no vamos a verla. Y si se lo explican, al cabo de un rato se le habrá olvidado y de nuevo pensará que está allí abandonada. Como además el personal es escaso y están saturados de trabajo, no creo que tengan tiempo de tranquilizar cada rato a los residentes que, igual que mi madre, teniendo Alzheimer y otras demencias no entienden lo que está sucediendo. Dudo incluso que tengan tiempo de realizar los cambios posturales que requiere la escara que tiene en su zona lumbar, por lo cual imagino que en todo este tiempo esa escara estará empeorando considerablemente.

El contacto con la residencia es casi imposible. No cogen el teléfono, y cuando lo cogen, no te informan de nada. No te pasan con su zona porque las auxiliares no están autorizadas para informar del estado de los ancianos; no te pasan con la Directora porque siempre está reunida, no te pasan con la Trabajadora Social porque está comunicando, ocupada o similar; no te pasan con el médico (que es el único que está autorizado a darte detalles de la salud de tu familiar) porque siempre está atendiendo a algún paciente, o no está en su despacho, o cualquier otra excusa estándar que tengan a bien soltar.
La recepcionista es toda una experta en dar esas respuestas automáticas, sin decir absolutamente nada. Y eso genera muchísima más inquietud.
Como mucho, te dicen que todo va bien y que NO hay casos de CoVid… pero desde hace varios días  sabemos que eso es MENTIRA.
Resulta que un número cada vez más amplio de familiares estamos en contacto mediante un grupo de WhatsApp que lleva la Agrupación de Familiares y que está conectado con la Unión de Residencias (organizadores de las Mareas de protesta que últimamente hemos tenido por todo el país pidiendo la mejora de este tipo de Centros).
En esos grupos, te enteras de los casos de contagio porque los familiares a los que se lo han comunicado se lo cuentan a los demás… y generalmente se les ha comunicado ese contagio porque su familiar HA FALLECIDO o está muy grave.
En la residencia de mi madre, desde el día 9 de Marzo que cerraron las puertas a la familia, se han dado 20 fallecimientos, de los cuales solo habíamos podido confirmar 1 por CoVid porque su familia nos lo comunicó a través de ese grupo de WhatsApp.
Sin embargo, la portavoz de la Agrupación de Familiares ha podido hablar con la directora y siempre le ha negado que hubiera ni un solo caso. Es decir: mintiendo descaradamente.

Pero como somos batalladoras, hemos seguido protestando, aunque sea desde casa. Hemos acudido a la policía, las autoridades del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, la Dirección General del Mayor y Dependencia… también hemos hablado con varios periodistas de prensa, televisión y webs de noticias. Después de muchos días de pedir que intervengan, de muchas llamadas, mucho estrés y mucha, mucha inquietud e incertidumbre… ayer acudieron a nuestra residencia los servicios de emergencia, policía y militar.
Ahora por fin se está desinfectando el edificio, por fin se les van a dar los equipos EPI para proteger a los trabajadores del centro, por fin se ha procedido a aislar a todos los ancianos en sus habitaciones y según el nivel de contagio para no mezclar los que tengan el virus con los que están asintomáticos. Por fin han llevado respiradores para los ancianos que estén peor.
Hoy, 24 de Marzo, saldrá una de las familiares y una trabajadora en el programa “Espejo Publico” de Antena 3, hablando de la situación.
Y hoy tenemos confirmados 6 casos de fallecimientos por coronavirus, a falta de que se realice la prueba al resto de los cadáveres anteriores y los que puedan surgir en el futuro, que esperemos que sean cada vez menos.

Con todo esto en la cabeza, y mucho mas que no voy a detallar aquí porque sería demasiado largo, comprenderéis que llevo desde el día 9 de Marzo sin dormir, sin descansar, sin dejar de darle vueltas a la cabeza… he llegado a plantearme saltarme la cuarentena para plantarme en la puerta de la residencia (a ser posible con alguien de la prensa dando testimonio) para exigir que me dejen ver a mi madre o me den la información que legalmente están obligados a darme.
Hoy me siento un poco más tranquila, porque la primera medida de la residencia ha sido cambiar la Directora por otra persona… y la portavoz de nuestra Agrupación, que ya ha podido hablar con ella, nos ha contado que esta persona si parece competente, que SI está dispuesta a colaborar con nosotros, que por fin nos va a dar información de nuestros familiares, que SI está pidiendo ayuda a las autoridades y están recibiéndola… Hoy veo que nuestros esfuerzos de los últimos días han dado su fruto y puedo respirar un poco más tranquila.
Porque ahora que las autoridades ya están pendientes de la residencia de mi madre, ya no van a poder ocultar sus cifras, ya no van a poder seguir fingiendo que todo va bien. Aunque no me informasen a mi directamente, ahora sé que están informando a las autoridades… y eso significa que ahora mi madre está un poco más a salvo.

Sé que mi madre saldrá de esto, porque es una mujer fuerte, siempre ha tenido una salud de hiero excepto en lo tocante a dolencias de tipo óseo (artritis y de tipo reumatológicas) y en el deterioro cognitivo de su Alzheimer.
En realidad, esto no deja de ser una gripe… aunque es una gripe muy contagiosa y muy virulenta que está masacrando a los más débiles: ancianos y enfermos.
Pero os aviso, el coronavirus también se está a aquellos que se confían y descartan tomar medidas de prevención. Por eso, os pido que por vuestro bien y por el bien de vuestra familia, seres queridos, vecinos, compañeros y población de vuestros países… TENED MUCHO CUIDADO Y ACATAD LAS NORMAS QUE OS IMPONGAN PARA EVITAR EL CONTAGIO.

Para terminar, solo una cosa: estoy bien, superaré esta pandemia y aunque enferme… el CoVid NO VA A PODER CONMIGO!!!!!!!!!
BESOTES